Reseña: Ciudades de papel - John Green

jueves, 2 de abril de 2015

Título: Ciudades de papel
Título original: Paper Towns.
Autor: John Green
Nº de páginas: 368 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: NUBE DE TINTA
ISBN: 9788415594284

SINOPSIS:

En su último año de instituto, Quentin no ha aprobado ni en popularidad ni en asuntos del corazón... Pero todo cambia cuando su vecina, la legendaria, inalcanzable y enigmática Margo Roth Spiegelman, se presenta en mitad de la noche para proponerle que le acompañe en un plan de venganza inaudito. Después de una intensa noche que reaviva el vínculo de una infancia compartida y parece sellar un nuevo destino para ambos, Margo desaparece dejando tras de sí un extraño cerco de pistas. Con un estilo único que combina humor y sensibilidad, John Green, el autor de Bajo la misma estrella, teje una emotiva historia a la que da vida un inolvidable elenco de personajes. Ganadora del prestigioso premio Edgar, Ciudades de papel aborda los temas de la amistad, el amor y la identidad para plantearnos una pregunta: ¿vemos en los demás, y en nosotros mismos, solo aquello que queremos ver?


RESEÑA:

Tras haber leído Bajo la misma estrella, Buscando a Alaska y El teorema Katherine (en este mismo orden), mi fiebre por John Green había decrecido  un poco, debido principalmente al amargo sabor de boca que me dejó el último. Este es el principal motivo por el cual, cuando comencé a leer Ciudades de papel, me mostré bastante escéptico a pensar que la novela que tenía ante mi iba a conseguir atraparme como en su día lo hicieron Hazel Grace y Augustus Waters, y aunque no me faltó razón, he de decir que Ciudades de papel me ha gustado bastante.

La historia se divide en tres apartados (divididos a su vez en pequeños capítulos) que responden con total claridad a lo que todos conocemos como la estructura básica de una novela, es decir, introducción, nudo y desenlace. Pues bien, como de costumbre estos apartados están mal repartidos y hacen recordar la mítica expresión "lo bueno, si breve, dos veces bueno". De esta forma nos encontramos ante un comienzo con un ritmo muy aceptable, presentándonos a los personajes principales de una forma muy natural, nada forzosa y mostrándonos el desencadenante de la historia en sí, la desaparición de Margo Roth Spiegelman. Esta primera parte me atrapó de lleno y no podía esperar para conocer qué había sucedido con ella, por lo que comprenderéis que me enervase bastante que, en el nudo, se tratasen otros temas que poco o nada tenían que ver con la historia en sí y que Quentin, el protagonista, no dejase de dar palos de ciego respecto al paradero de Margo. En algunos momentos me dieron ganas de pasar las páginas hasta que ocurriese algo interesante, puesto que, como lector, los descubrimientos que hacían no tenían nada de atractivo y ni siquiera podían permitirte jugar a adivinar dónde demonios estaba nuestra protagonista. Y cuando pensé que la novela no podía dar más de sí y que un aburrido nudo se había cargado lo que, en principio, era una idea muy buena, las últimas 70 páginas me encantaron. Un ritmo desenfrenado y desenfadado y una coloquio final que me dejó bastante satisfecho.

Hay algo que ya tenía en mente al terminar El teorema Katherine y que se ha contrastado con Ciudades de papel y es la similitud entre los personajes y tramas de las diferentes obras del autor. Como un resumen general, Miles-Colin-Quentin, jóvenes inadaptados con pasiones que les diferencian del resto de adolescentes, se enamoran de unas chicas, Alaska-Lindsey-Margo, rebeldes, soñadoras, muy imaginativas y con una psicología que las hace únicas. Esto es, cuanto menos llamativo, pero no voy a desprestigiar a John Green por ello, puesto que a día de hoy es uno de los autores juveniles que mejor sabe construir a sus personajes, y es algo que se agradece, más teniendo en cuenta que para cierta parte de los autores de este género, los jóvenes son seres irracionales.

Otra de las cosas que más me gustan de los libros de John Green es que te hacen reflexionar, no son banales y superficiales, siempre tienen una moraleja. Este libro tiene muchas reflexiones, pero en esta ocasión me gustaría rescatar dos: la primera nos hace ser partícipes de que en ocasiones imaginamos a una persona de una forma que realmente no coincide con la realidad y es probable que acabemos decepcionándonos por ello, entonces la culpa es nuestra por haber imaginado que las personas han de ser como nosotros creemos que son. La otra, "El futuro está compuesto por ahoras" (no esperes, vive).

En definitiva, Ciudades de papel no me ha decepcionado para nada, y aunque en ocasiones ha bailado entre lo interesante y lo tedioso, se recompone con un final muy a la altura de una historia que, como idea, me parece realmente buena. Aunque a estas alturas tengo miedo de que esté enamorado de la forma de escribir de Green y no de lo que cuenta.


SPOILER:


¿Soy el único que estuvo dos horas intentando encontrarle un sentido a las letras mayúsculas de los mensajes de Margo?




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